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La Latería

Elche, Alicante

Donde los estilos se entrelazan y los sentidos se despiertan, surge un lugar lleno de contrastes y carácter. En este proyecto, la esencia industrial se combina con la calidez mediterránea, dando vida a un espacio donde cada detalle invita a ser vivido en profundidad. Los diferentes ambientes fluyen de manera natural, integrándose visual y emocionalmente para crear un entorno que es, a la vez, acogedor y funcional. Los materiales naturales y los detalles cuentan una historia que se percibe en cada mirada y cada sensación.

Un equilibrio de sensaciones

La entrada envuelve al visitante en una atmósfera donde la naturaleza y lo estructural conviven en armonía. Un cerramiento de estilo industrial convive con una composición de vegetación botánica invertida, mientras la iluminación realza las texturas de la piedra y la tierra compactada, generando un diálogo entre lo robusto y lo delicado. Es un juego de opuestos donde la naturaleza se impone con suavidad, estableciendo una conversación fluida con los elementos más industriales.

El ambiente principal destaca por la calidez que transmiten las paredes de arcilla natural de Ecoclay y las lámparas de papel trenzado que proyectan sombras suaves aportan intimidad. A la izquierda se despliega una envolvente verde que se convierte en un protagonista inesperado, destacando un banco de madera sobre los revestimientos de piedra natural creando un rincón acogedor. La barra, construida con bloques de tierra Fetdeterra y un copero de estilo industrial, nos  invita a disfrutar del momento con la frase “Con calma, con alma” que resuena en el espacio.

El corazón del local

El patio interior se ha convertido en un remanso de paz. Aquí, las plantas en macetas de barro y un techo de cañas de bambú, que filtra la luz a través de un lucernario, crean un ambiente sereno y acogedor. El sonido del agua de una fuente de piedras refuerza la sensación de estar en un refugio natural lejos del bullicio urbano, evocando la esencia del Mediterráneo.

El detalle irreverente

Los aseos, ese pequeño rincón donde el local se permite ser más irreverente, juegan con una estética divertida y provocativa. Neones que invitan a fotografiarse y elementos inesperados ofrecen un contraste vibrante respecto al resto del local, manteniendo la esencia canalla y juvenil del lugar.

Más que un cambio estético

El espacio de trabajo, tanto en la barra como en la cocina, ha sido optimizado para la máxima funcionalidad, sin perder la atmósfera que lo hace único. Antes, lo que parecía imposible se ha hecho realidad: cada centímetro ha sido pensado para mejorar la fluidez del servicio, para facilitar cada gesto y movimiento. Ahora, la cocina compacta pero eficiente, y la barra integrada, no solo permiten un flujo de trabajo más cómodo, sino que también han incrementado la capacidad del local, haciendo que el engranaje del negocio funcione como nunca antes.

Una experiencia sensorial

En este espacio, los materiales naturales y los tonos verdes evocan una conexión con la naturaleza que se percibe desde el primer momento. Es un lugar pensado para ser compartido, donde cada textura y cada rincón encuentran su propósito. Desde la calidez de los materiales hasta la contundencia de los detalles industriales, este proyecto invita a una experiencia sensorial plena. Aquí todo fluye, y todo invita a vivir el presente con calma, en conexión con el entorno y con uno mismo.

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